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Consecuencias
 
Edición N° 22
 
Julio 2019 | #22 | Índice
 
- Otro uso de lo imaginario [1]
Por Mónica Boada
 
Mónica Boada

Recorté para conversar un párrafo de la introducción de El reverso…, del que pude captar su espesor habiendo releído el libro ya con la marca de lo elaborado en el cartel a partir del rasgo de cada una de nosotras.

Lo leo: “Finalmente, sean cuales sean las tentativas de representar la inscripción del goce en o sobre los cuerpos, no se ve nada. Él es quien nos mira, a partir de un punto invisible tomado en la textura del reverso de la biopolítica conceptualizada por Michel Foucault[2]

Ese punto invisible es el que la biopolítica rechaza en el mismo movimiento en el que lo quiere dar a ver o capturar con la multiplicación de imágenes, máquinas y algoritmos, en su esfuerzo por regular –como en su tiempo lo hizo el barroco– cuerpos y goces. Pero no es lo mismo que esa regulación sea encarnada por la religión y el Nombre del padre, a que la encarne un discurso soportado en la tecnociencia y el capitalismo que rechazan lo imposible.

Este “punto invisible en la textura del reverso de la biopolítica” pone de relieve una dimensión, que vamos a reencontrar en el libro de distintas maneras, pero con insistencia. Es el punto como lugar –“en o sobre los cuerpos”– pero también está leído mas adelante a partir del equívoco entre “punto de vista”[3] / “nada de vista”[4] en un párrafo de “Joyce el síntoma” retomado por Laurent en varias oportunidades.[5]

Pero donde me resultó un hallazgo es en la lectura que hace de la “une–bévue”. En el tercer capítulo subraya que Lacan propone pasar de un régimen del inconsciente basado en la identificación, a un inconsciente hecho de los equívocos mediante los cuales el cuerpo descifra el traumatismo como lugar de donde emergen el goce y su escándalo. Es el lugar de la une–bévue, y dice: “el sujeto se articula así con esta equivocación, que es también visión, percepción, mediante una creencia y no una identificación”. Bévue es un término de la época barroca y en su origen significa un “error debido a la vista”[6] que luego figuradamente devino error por ignorancia o desatención.

Se ve la insistencia en reintroducir en el lugar del trauma que produce el encuentro de lalengua y el cuerpo, la dimensión de lo escópico pero en su costado de real, de imposible. No hay representación, no hay imagen para ese lugar en que el cuerpo “se goza”. Sin embargo, el sujeto, “trata incesantemente de no ausentarse, de querer ver–se, de querer atrapar de nuevo el momento de su desaparición”[7], el momento del trauma. Laurent lo trabaja como “El autorretrato imposible”, otro modo de hablar del parlêtre.[8]

Esa imposible representación del cuerpo afectado empuja al parlêtre a intentar recuperar vía el goce de la palabra o goce fálico algo del goce del cuerpo que sostiene al síntoma. Aquí se abre toda una reflexión sobre la sublimación y su relación con el narcisismo, o sea con lo imaginario. Es toda la cuestión del goce del escabel. A contrapelo de ese empuje, Laurent subraya que se trata de producir una escritura, la letra que como notación lógica designe ese lugar que no tiene representación ni imagen.

Imposible hacer el inventario de los modos en que el libro aborda este punto, particularmente en el capítulo “El retrato imposible del artista” y en el apartado “El pase del parlêtre”, a partir de algunos testimonios.

¿Por qué este recordatorio del lugar de la visión? Eric Laurent aborda la época y sus impasses, tomando nota de un modo que tiene sus consecuencias, que la subjetividad contemporánea ha hecho de la imagen y de lo escópico un recurso privilegiado, pero, ¿por qué? ¿Y Rembrandt es de la época?, ¿Joyce?, ¿Qué novedad se introduce a lo ya señalado en el estadio del espejo? No estamos hablando de la función estructurante de la imagen, que se sostiene del Otro. Sino, por el contrario, del valor fundante de la no–imagen, del agujero[9], de lo no visto, de eso que de la visión cuando lo quiere atrapar es también equivocación y que le hace decir a Lacan que “hasta cierto punto habría que envidiar a los ciegos”.[10] Ese agujero se escribe con el nudo.

En “La tercera” Lacan se pregunta: “¿Por qué el hombre se ha avasallado (en el sentido de subordinarse) tanto a su imagen? ¡Qué trabajo me tomé en cierta época en explicarlo! Por supuesto ustedes no lo notaron (…) sólo puedo decir: Así es”[11]. Lacan dice “así es”, como se dice “amén”, introduciendo tanto el “no hay más para decir” como también la dimensión de creencia y de adoración que la relación a la imagen supone.[12]

La imagen es “necesaria”[13], tal vez por eso Eric Laurent hable de manipulación de la imagen–síntoma en “El reverso de la biopolítica”, siguiendo a Lacan en la primera clase del seminario 24 y a lo que plantea allí como saber hacer con la imagen. Otro uso de lo imaginario.

 
Notas
  1. Trabajo presentado en Noche de Carteles: CUERPOS Y GOCES, EOL Buenos Aires, 2 de mayo de 2019. Tema Cartel: El reverso de la biopolítica. Integrantes: Florencia Dassen (Más Uno), Verónica Escudero, Gabriela Rodríguez, Rosana Salvatori, Mónica Boada. Rasgo: Saber–hacer–con, lo posible y el "punto–de–vista".
  2. Laurent, E., El reverso de la biopolítica, Grama, Bs. As., 2016, p. 25
  3. Lacan, J., “Joyce el síntoma” (1976), en Otros escritos, Paidós, Bs. As. “Lo importante es desde que punto –se suele decir ‘de vista’ ¿Lo discutimos? – lo que importa pues, sin precisar desde donde, es darse cuenta de LOM tiene un cuerpo…”
  4. Laurent, E., Op. Cit. (N. de T. “Point de vue” tiene las dos lecturas, porque “point” es tanto “punto” como “nada”) p. 108 y 109
  5. También reencontramos esta cuestión comentadas en las páginas 113 y 114 a partir de las lecturas de la frase “vista su bizquera” y del término avisión ambos en “Joyce el síntoma” (1976).
  6. Ibid, p. 78
  7. Ibid, p. 20
  8. Ibid, p. 25
  9. Esto Eric Laurent lo trabaja especialmente leyendo “Joyce el síntoma” (1976) con “El fenómeno lacaniano” (1974) donde dice: “El cuerpo es elevado a la dignidad del agujero, no hay idea, no hay representación”
  10. Lacan, J., “El uso lógico del sinthome, o Freud con Joyce”, Seminario 23 El sinthome, Paidós, Bs.As., p.18
  11. Lacan, J., “La tercera” en Revista Lacaniana nº 18, Grama, Bs. As., 2015, p. 21. “A toda costa, quise dar a esa imagen no sé qué prototipo en algunos animales, el momento en que la imagen desempeña un papel en el proceso germinal. Fui a buscar la langosta peregrina, el pez espinoso, la paloma, y no era en absoluto un preludio, un ejercicio. ¿Acaso diremos ahora, que todo eso eran aperitivos? En cuanto que al hombre le guste tanto mirar su imagen, sólo puede decirse: Así es”.
  12. Es interesante ver el desplazamiento de estas funciones –el “así es” una suerte de punto–de–basta, la creencia, y la adoración, todos de filiación religiosa– del registro de los simbólico al registro de lo imaginario en la última enseñanza.
  13. “Necesaria” en tanto no cesa de escribirse al igual que el síntoma. A esta necesariedad Lacan la llama “debilidad” en el Seminario RSI: “Hay algo que hace que el ser hablante se demuestre consagrado a la debilidad mental, y eso resulta de la sola noción de Imaginario en tanto que el punto de partida de ésta es la referencia al cuerpo y al hecho de que su representación —quiero decir todo lo que para él se representa— no es sino el reflejo de su organismo. Esta es la menor de las suposiciones que implica el cuerpo.”
 
 
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