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Consecuencias
 
Edición N° 22
 
Julio 2019 | #22 | Índice
 
Porque Te Quiero, Te Aporreo [1]
Por Patricia Collins Vanesa Franzese y Susana Rissetto
Hospital Materno Infantil “Ramón Sardá”
 
Patricia Collins Vanesa Franzese y Susana Rissetto

Consideraciones Preliminares

Según la OMS (2013), “La violencia infligida por la pareja es una de las formas más comunes de violencia contra la mujer e incluye maltrato físico, sexual o emocional y comportamientos controladores por un compañero íntimo”.[2] Es importante destacar que se manifiesta en diferentes entornos y grupos socio–económicos, religiosos y culturales.

En nuestro país contamos con la Ley 26.485/10 de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en los ámbitos en que se desarrollen sus relaciones interpersonales, que constituye un marco de referencia jurídico para nuestra práctica profesional cotidiana.

Es importante señalar que cuando hablamos de violencia contra la mujer en los vínculos de pareja, estos incluyen el matrimonio, las uniones de hecho, y las parejas o noviazgos, tanto de relaciones vigentes o finalizadas, sin ser un requisito la convivencia. Los y las adolescentes utilizan distintas denominaciones acerca de las relaciones según su grado de formalidad y compromiso, “amigovios”, “salientes”, “touch and go”, etc.

La violencia de género puede iniciarse durante el noviazgo y son muchas las adolescentes que llegan a este vínculo sin la preparación suficiente para identificar situaciones de riesgo o signos de alarma. La misma se manifiesta a través de celos excesivos o patológicos, control permanente, invasión de la privacidad de la víctima, ejercicio de la violencia psicológica, física, sexual y/o económica sobre la víctima. Por su parte, el victimario justifica sus acciones, se muestra “protector” y manifiesta juramentos de no volver a repetir sus conductas violentas.

El problema es que si no se detiene a tiempo la violencia en el noviazgo puede progresar produciendo consecuencias y riesgos gravísimos para la víctima. Retomando a Pedro J. Amor, Enrique Echeburrúa y Miguel Á. Carrasco (2016), “la situación de máximo riesgo para la integridad de la mujer puede situarse en el momento de la separación, cuando el agresor se da cuenta que la pérdida es ya algo inevitable.”[3] Por ello, es necesaria la ayuda de la red socio – familiar y mecanismos sociales protectores para lograr terminar con vínculos violentos.

Acercándonos a nuestro cotidiano laboral:

Los procesos de embarazo, parto y puerperio en las adolescencias implican un momento de modificaciones biológicas, fisiológicas y emocionales que requieren un acompañamiento particular, que integre la valoración de los aspectos psicosociales de las usuarias. Retomamos el aporte de Marcelo Viñar acerca de que “… la adolescencia, como franja etaria o etapa de la vida, nunca debe conjugarse en singular. Siempre hay una pluralidad de adolescencias en cada tiempo histórico y según el lugar geográfico y social, y por otra parte, son de considerar las diferencias de estilos personales que muestra la diversidad humana.”[4]

Por tal motivo las usuarias adolescentes que asisten al hospital, ingresan a un programa de acompañamiento para las mujeres adolescentes (PROAMA) con un enfoque de trabajo interdisciplinario y enlace intersectorial, con el fin de brindar una atención que contemple la crisis vital de la gestación, el acontecimiento del nacimiento y la vivencia del puerperio, experiencias únicas e intransferibles, a la vez que las mismas acontecen durante un periodo de la vida complejo, como lo son las adolescencias.

La “intervención oportuna” rige nuestro accionar en el trabajo cotidiano con las y los adolescentes, siendo la sala de espera un lugar “fértil” para plantear problemáticas sociales vinculadas a los derechos humanos, convirtiendo el tiempo de espera en productivo. Estas intervenciones son de bajo costo pero sumamente convenientes por la diversidad poblacional que circula en las salas de espera: personas de diferentes géneros y edades que aportan diferentes opiniones en las discusiones.

Empoderamiento es un concepto clave para trabajar en la prevención y detección de las violencias y, específicamente, noviazgos violentos, dado que son procesos que van de lo personal a lo colectivo, desde el fortalecimiento personal hasta la posibilidad de gestionar poder.

Es sumamente pertinente sensibilizar a las usuarias que concurren al hospital, sobre estas situaciones y las posibilidades de solicitar orientación y ayuda. Desde el año 2008[5], se llevan a cabo talleres en la sala de espera, en los cuales se dialectizan diversas temáticas, siendo una de ellas “noviazgos violentos”. Las herramientas que utilizamos para convocar la atención de las jóvenes y acompañantes son variadas. Temáticas tales como crianza sin violencia, bajo el eje de derechos, con el “Juego del semáforo”[6] nos permite problematizar sobre mitos acerca de pautas de crianza que avalan la violencia (ej: “un chirlo a tiempo, vale más que mil palabras”), otro instrumento son frases para discutir su valor de verdadero o falso respecto a la maternidad, paternidad y el puerperio, imágenes disparadoras para desplegar aspectos acallados del puerperio desde lo emocional y vincular, escenificaciones que se implementan para trabajar sobre la ley del parto respetado y los derechos que la misma dispone, frases incompletas, entre otros cuentos[7] que fomentan la importancia de conocer los derechos sexuales y reproductivos.

En este trabajo presentamos un dispositivo de intervención para la promoción de la salud con modalidad de cuento que permite identificar los discursos y las conductas que se comienzan a establecer en las modalidades violentas en las relaciones de noviazgo. Este relato es de propia autoría. El cuento va acompañado con recursos gráficos que muestran los mensajes de WhatsApp que recibe Juliana (la protagonista). Este estímulo que acompaña el relato hace captar la atención de las personas presentes en la sala de espera, dado que se introducen elementos que sorprenden.

Hoy ella es… Juliana [8]

Tiene 16 años, quiere contarnos su verdad, no sabe qué hacer, se siente sin salida… ésta es su historia…

Juliana vive en zona sur, con mucho esfuerzo está intentando terminar el secundario en una escuela nocturna, y ha decidido realizar un curso de peluquería que le brindaría una salida laboral inmediata.

Hace dos meses tomó la decisión de convivir con su pareja.

Tiene tres amigas Ana, Pato y Caro, con quienes en algunas tardes entre mate y mate charlan de sus cosas, sus sueños, sus proyectos… “cosas de amigas”.

Una noche de octubre Juliana estaba en el cumple de Caro y lo conoce a “él”. Ella no había tenido parejas que perduraban en el tiempo, porque sentía que los chicos sólo querían “eso”, sin llegar a comprometerse.

Pero él era tan distinto, simpático con toda la gente, cordial y muy atento, “demasiado” diríamos, con ella.

Se comienzan a conocer, a compartir salidas, a escribirse… Juliana sentía que estaba enamorada… Él le decía que para “cuidarla” tenía que decirle todo lo que ella haría durante el día, con quienes estaba, a veces le pedía que le envíe la ubicación por el WhatsApp.

Juliana creía en su supuesto cuidado. Al principio no imaginó que esta situación se agravaría.

Cuando comenzaron a tener relaciones sexuales, si bien Juliana tomaba pastillas anticonceptivas (se las había recetado la Dra. de una salita cercana a su barrio), le pidió a él que usara preservativo… – “¿qué? ¿estás loca?” –Le contestó–, “vos no me querés, no me tenés confianza… mirá cómo me hacés enojar”.

Cada vez que Juliana quería reunirse con Caro, Pato o Ana, él armaba un escándalo, en el cual ella sentía culpa, porque si se iba, él le decía que “lo estaba abandonando”.

Le marcaba el tiempo, las horas… no permitía que Juliana pudiera decir qué sentía, qué quería… Ella comenzó a recibir mensajes de WhatsApp como éstos:

¿conectada a éstas horas?... con quien hablás?

–Hacés más caso a tus amigas que a mí, nadie te va a querer tanto como yo.

–El vestidito de la foto del insta, es muy corto, no me gusta que los demás vean lo que es mío.

Poco a poco Juliana se alejaba de todo aquello que era su mundo, sus intereses, de todo lo que le hacía sentir bien. Juliana comenzó a darse cuenta que había cosas que no le gustaban que sucedan entre él y ella. En una oportunidad quiso hablar de este tema, pero la respuesta de él fue un empujón e insultos a los gritos, diciéndole que era una desagradecida, después de todo lo que él le daba… horas después de esta discusión, recibió un nuevo WhatsApp:
No quería discutir y hacerte daño, vos sabés que lo que hago es porque te quiero.
Se tornaba cada vez más insoportable la situación ya que su cuidado se había transformado en una cuestión de poder y control de su vida…

Si sabía que salía con las amigas le decía:

¡Ojo con quien hablás! Mandame la ubicación…

Soy el único en el que podés confiar… nadie te quiere como yo

Por qué me clavas el visto… CONTESTAME!!!!!

Juliana empezó a pensar en la posibilidad de terminar con la relación, le escribió un mensaje en el que decía que ya la relación no daba para más… y él le contestó:
Si pensás dejarme, acordate que tengo unas fotitos que no te gustaría que los demás vieran…

Juliana se siente triste, sin saber qué hacer, se siente sin salida…

¿Qué podríamos decirle a Juliana?

La implementación del dispositivo nos permite:

Visibilizar junto a usuarias y acompañantes los diferentes tipos de escenas de violencia que se desarrollan en la historia.

Las usuarias logran identificar modalidades de relaciones violentas en personas de su entorno, abriendo discusión a las posibilidades de orientarlas para solicitar ayuda.

Los acompañantes varones demuestran interés durante la lectura del cuento y su posterior discusión.

El taller concluye brindando información útil, respecto a organismos de protección de derechos de niños, niñas y adolescentes, Oficina de Violencia Doméstica, líneas telefónicas de ayuda y orientación 144/ 137.

Cada taller es un nuevo desafío...

Tenemos mucho trabajo por hacer… en tiempos donde prima el imperativo de la inmediatez y la eficacia de las intervenciones, apostamos a estas modalidades de abordajes inclusivos, de acercamiento a las usuarias y acompañantes… generando un tiempo para compartir, reflexionar y escucharnos.

Son pequeñas intervenciones, seguramente pasan desapercibidas a nivel institucional, pero grandes encuentros entre personas, que se siguen sorprendiendo, cuando alguien aparece en escena y les dice: “muy buenos días, ¿cómo están hoy?...

 
Bibliografía
  • Amor, P.J., Echeburrúa, E.,Carrraco, M.A., Daño psicológico en las víctimas de delitos violentos, Implicaciones psicológicas y jurídicas. Doctrina Práctica. Instituto Pacífico. España. en http://www.ehu.eus/echeburua/pdfs/Da%C3%B1o%20psicol%C3%B3gico%20en%20delitos%20violentos.pdf 2016
  • Centioni, R., Curso virtual: Noviazgos violentos en la adolescencia. Una alternativa de trabajo preventivo. Asociación Argentina de Salud Mental. Buenos Aires. Argentina. 2018
  • Franzese, V. L., Proyecto de trabajo: “Para que el que espere, no desespere.”. Obra Inédita. Buenos Aires. Argentina. DNDA. 2018
  • Organización Mundial de la Salud Violencia infligida por la pareja. Comprender y abordar la violencia contra la mujer. http://www.who.int/reproductivehealth/topics/violence/vaw_series/es/ 2013
  • Peregalli, A., Sampietro, Y., Maternidades, paternidades y adolescencias. Construir hombre y mujer en el mundo. Buenos Aires. Argentina. Ediciones Novedades Educativas. 2012
  • UNICEF/ SAP/ Ministerio de Salud de la Nación., Guía de Recomendaciones para la atención integral de Adolescentes en espacios de salud amigables y de calidad. Buenos Aires. Argentina. 2011
  • Viñar, M. N., Mundos adolescentes y vértigo civilizatorio. Buenos Aires. Argentina. Ediciones Novedades Educativas. 2013
 
Notas
  1. Trabajo presentado en V Jornadas Nacionales de Clínica con Niñxs y Adolescentes 2019: ¿Qué orienta la clínica con niñxs y adolescentes? Sábado 1° de junio 2019, en la Facultad de Psicología UBA. Las tres son psicólogas de planta del Servicio de Salud Mental, del Hospital Materno Infantil Ramón Sardá.
  2. Peregalli, A. Samprieto, Y. (2012) Maternidades, paternidades y adolescencias. Construir hombre y mujer en el mundo. Buenos Aires. Argentina. Ediciones Novedades Educativas. Pág. 44.
  3. OMS (2013).Violencia infligida por la pareja, Comprender y abordar la violencia contra la mujer, Pág. 1
  4. Viñar, M. N., Mundos adolescentes y vértigo civilizatorio. Buenos Aires. Argentina. Ediciones Novedades Educativas. Pág. 27. 2013
  5. Franzese, V. L. Proyecto de trabajo: “Para que el que espere, no desespere.” Obra Inédita. Buenos Aires. Argentina. DNDA. 2018
  6. Ibíd.
  7. Ibíd.
  8. Ibíd.
 
 
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