El presente cortometraje se centra en el relato breve y concreto de una situación de Acoso Escolar, lo que actualmente denominamos Bullying.

Mariana se encuentra en su aula de la Escuela. De pronto el sonido del timbre anuncia el momento del esperado recreo. Mariana es la última en salir, toma un sandwich que ha traído para comer en este momento y sale al patio. De pronto, una niña, Isabel, unos años mayor que Mariana, se acerca y la detiene. Desafiante y maltratando a Mariana, le ordena que le entregue el sandwich.

A modo de séquito, un grupo de niñas, también mayores, se encuentran junto a Isabel, y participan de la escena, favoreciendo la instancia de acoso a través de expresiones de menosprecio e insultos. Mariana, intimidada y temerosa le entrega el sandwich. A continuación, el grupo se aleja. Mariana angustiada, se sienta y llora.

Un dato interesante. Notamos que, en el reparto del Corto, los personajes del séquito son identificados como Guaruras vocablo mexicano que significa "Guardaespaldas".

La escena se desarrolla en el patio de una escuela, pero fuera de la presencia de adultos.

La escena parece repetirse día a día y según se muestra, pareciera que la protagonista, objeto de esta violencia es incapaz de defenderse.

Sin embargo, esta vez, Mariana inquieta, se dispone a investigar y va en búsqueda de una respuesta.

Sin ser vista, decide seguir a su acosadora. Descubre entonces que Isabel también es víctima de una situación de violencia, en el ámbito familiar, que se manifiesta entre sus padres, de padres a hijos y éstos a su vez entre hermanos. Se suma a la escena la situación de padres que sufren a su vez la violencia laboral.

Mariana observa la escena a través de unas ventanas, al igual que una película en sus distintas secuencias.

Corre alejándose del lugar para no ser vista, huye asombrada y parece estar a salvo cuando llega a su casa.

En la escena final: Suena el timbre del recreo, Esta vez Mariana sale prontamente del aula. Va en busca de la niña acosadora. Pero Isabel no se encuentra en el patio, ha sido castigada no sabemos por qué motivo. Mariana finalmente la encuentra, sentada sola en un aula y entonces, decidida, le ofrece uno de los sándwiches que ha traído para compartir.

Comentario

La Escuela, es, como sabemos, instancia fundamental para el vínculo social y el encuentro con los otros.

Distintas voces sociales atraviesan la Escuela. Las mismas se expresan a través de comentarios de las niñas que provocan inquietud en la protagonista.

Por otro lado, en la escuela también se aprenden nuevas experiencias.

Sin embargo, varios mitos parecen desdibujarse en la escena de violencia y acoso. El colegio como espacio para el aprendizaje y el juego, se transforma ahora en un espacio de sufrimiento en el marco de escenas violentas y donde, en muchos casos, la intervención y la denuncia de estos hechos, se hacen esperar.

En la escena de este corto, no hay adultos, aunque éstos no siempre tienen claro cómo intervenir. Incluso en algunas oportunidades, intentan justificar los hechos violentos como siendo propios de los niños. Esta idea dificulta entonces una apropiada intervención.

En su artículo Agresividad y Violencia en el acoso Escolar [2], el Psicoanalista Mario Elkin Ramírez describe las diferentes formas del acoso en varones y niñas y plantea dentro de la fenomenología Escolar que mientras el acoso físico como golpes, empujones, violaciones, humillación y sometimiento es de preferencia masculina, las chicas prefieren el acoso a partir del rumor, el cual también tiene efectos de segregación. Ambas situaciones se observan en esta historia. Mariana es tratada como una "imbécil".

Por su lado y en el mismo libro, el Profesor Héctor Gallo en su artículo sobre Bullying entre agresividad, violencia y confrontación[3], nos ayuda a establecer la diferencia entre la agresividad constitutiva del sujeto y los actos violentos. Para ello se apoyará en definiciones respecto de la agresividad y la violencia que realiza Jaques Lacan en su seminario Las formaciones del Inconsciente. Ubica entonces que la relación de un sujeto con otro semejante debe siempre encontrarse mediada por el Otro de la Ley. Precisamente cuando esta mediación falla se produce entonces el paso de la confrontación conforme a la subjetividad de la intención agresiva del Yo, a la aniquilación conforme a la violencia propia de la tendencia pulsional a la agresión. Es decir, no se trata de la respuesta agresiva ante una herida o afectación sino de una imposición omnipotente y caprichosa de parte de un otro que se conduce por fuera o en el margen de la autoridad instituida.

Continuando el desarrollo de su concepto, nos ayuda a distinguir el tipo de relación que se establece entre los sujetos que participan del acoso escolar.

Ubica que, en la confrontación hay reconocimiento y mostración de la presencia. Se soporta la presencia de un tercero. No hay rencor, cada uno se hace valer.

Entiendo que en el cortometraje: En la escena final podemos ubicar claramente los aspectos referidos a la confrontación. Porque la confrontación nos habla de una relación entre iguales.

Las dos niñas sentadas en sus sillas, podemos decir, a un mismo nivel, se disponen a compartir.

¿Qué sucede en el acoso?

En la situación de acoso, el niño de entrada se somete. Busca encontrar a alguien que lo ubique en ese lugar.

Asimismo, en el texto se diferencia la situación de acoso respecto de la Relación del Amo y el esclavo.

Trae a consideración aspectos de esta relación desarrollados por Friedrich Hegel en su obra Fenomenología del Espíritu donde sostiene que, la Relación del Amo y el esclavo, definida como de alienación recíproca se mantiene a partir de que el esclavo tiene un saber sobre aquello que al amo le interesa. Por esa razón entonces se torna necesario.

Volviendo al cortometraje, se señala lo siguiente: La escena del maltrato que la niña inicialmente abusada luego realiza en contra de otra niña, será el motivo y lo que producirá la decidida intervención de la protagonista.

En su artículo con relación al Bullying: sustraer lo singular[4], el psicoanalista José R. Ubieto escribe que, más allá de establecerse un perfil único del acosador, existen características propias que se destacan. De esta manera sostiene que el acosador testimonia antecedentes de haber sido violentado en su propia familia o por pares. Vemos entonces cómo esta condición aparece justificando la acción del nuevo acosador hacia su víctima.

¿Qué podemos decir del grupo de las Guardaespaldas?

Junto con José Ubieto decimos que el bullying plantea siempre un ternario formado por el acosador, la víctima y el grupo de espectadores. Ellos con su pasividad sostienen el acoso continuado, de la misma manera que con su oposición podrían detenerlo.

En las Palabras preliminares al texto citado, Bullying, acoso y tiempos violentos[5], Miquel Bassols plantea: ¿Qué hacer entonces? acompañando la pregunta de quien se enfrenta a este fenómeno tan antiguo, de hecho como el propio vínculo que constituye al grupo escolar.

Y plantea: "Ya sea desde el lugar del enseñante, del familiar, del acosador o del acosado, la pregunta debe empezar a abordarse por la negativa. En primer lugar, se trata de desvictimizar a la víctima, es decir de devolverle su condición de sujeto, allí donde participa, sin saberlo y sin quererlo de la lógica del grupo en el que se juegan las identificaciones de sus tres lugares estructurales. (Acosador – Acosado – Observador). Lo que quiere decir también entonces interrogar a los otros dos lugares en su condición de sujetos del goce, al acosador en su demanda de amor–odio, al observador en la satisfacción que lo confirma como parte integrante de la escena."[6]

¿Qué lugar para lo Social?

Hablamos de un Sujeto de lo colectivo que sólo podemos aprehender en lo singular.

El presente concepto que pertenece a la clínica psicoanalítica me ayuda al abordaje de esta pregunta.

La escuela es uno de los ámbitos donde se despliegan los aspectos culturales que conforman los distintos grupos sociales. El marco de regulación que sostiene la cultura limita la acción de los sujetos, transformándose entonces estos ámbitos en lugares de desarrollo y manifestación del malestar frente a esa limitación y sus síntomas.

Al mismo tiempo, también devienen en espacio de elaboración de ese malestar.

El presente cortometraje plantea de un modo claro y sencillo, lo que, para su director representa una de las posibles causas del acoso escolar.

Desde ese lugar, nos interpela con el desarrollo de una respuesta singular y solución posible.

Mariana ya no se considera una víctima. En un punto ha decidido tomar acción en la partida dando lugar a su deseo en búsqueda de una nueva relación a mantener con Isabel.