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Consecuencias
 
Edición N° 26
 
Junio 2022 | #26 | Índice
 
La injuria dirigida a la palabra. Ukrania.
Por Daniel Roy [1]
 
Daniel Roy

Conocí a nuestros colegas ucranianos en la década de 2000 en Moscú, con motivo de los Seminarios del Campo Freudiano que Judith Miller organizaba allí regularmente. Este fue iniciado por los primeros contactos con psiquiatras y psicólogos de Donetsk y Lugansk, a través de seminarios presenciales, y también a través de pasantías en servicios e instituciones amigas en Francia y Bélgica. Muchos son los psicoanalistas que luego hicieron el viaje a Donetsk, a Lugansk, Kiev y más tarde, a Moscú, San Petersburgo y luego Novosibirsk.

Pudieron descubrir el impacto bastante asombroso del lenguaje de Lacan transmitido por ellos, y a través de las traducciones de sus Seminarios, en practicantes de todas las edades y diferentes formaciones. Los efectos de la transferencia al lenguaje del psicoanálisis han sido inmediatos y para muchos deslumbrantes, despertando pedidos de análisis entre los miembros de nuestras Escuelas, viajes, pasantías, aprendizaje del idioma francés, una enorme inversión libidinal para todos y cada uno.

Fueron estos mismos colegas los que tomaron la palabra durante el primer taller "Lacan en Rusia" que se celebró en Moscú en octubre de 2010, moderado por J.-A. Miller; ¡Diez colegas Rusos y ucranianos, más una colega búlgara, se animaron a testificar la experiencia de su análisis! ¡Momento absolutamente increíble en estos lugares de la Biblioteca de las literaturas extranjeras de Moscú! Una experiencia inigualable para los más de 80 participantes que descubrieron la motilidad de las palabras que habían tomado un valor excepcional para quienes hablaban.

Destaco tres puntos, de los comentarios que J.-A. Miller sintetizó y puntuó rigurosamente respecto a los aspectos comunes de la clínica de los casos presentados por nuestros compañeros:

1) Discurso: "Es bastante llamativo observar la recurrencia, el retorno de una instancia de un poder tiránico, de un poder que asienta al sujeto en su intimidad de tal forma que el refugio de lo íntimo es la mentira, es el secreto. Parece ser a veces de un peso bastante notable, cuando hablar es igual a mentir: esto supone la instancia de un poder que te enmudece. De cierta forma preferimos no decir nada, porque es más prudente, porque no podemos confiar en el extraño".

2) El padre: "Aquí, hay dos padres: el padre mayúsculo, el padre que es Stalin, el padre que es "el pequeño padre de los pueblos", el padre que es Lenin, el padre que es el maestro, y que es el padre muerto. Y pues, hay otro padre, aquel del sujeto. Él, no es un maestro. Podemos decir, asimismo, que es el padre esclavo, es el padre que va al trabajo y que pasa su vida en su trabajo, bajo las órdenes del padre maestro. Y es también por qué el hijo no puede reconocer completamente a su padre, porque es un padre esclavo, no es un padre maestro. Y entonces, aunque en el fondo sería bello tener un padre que sea maestro, al mismo tiempo encontrar el padre maestro sería el terror.

3) El plan: "El sujeto también debe cumplir el plan quinquenal, no tiene derecho a parar, está siempre atrasado en la cuota de producción, y básicamente, el afecto es la angustia de no satisfacer la voz del Amo. Cómo silenciar la voz del Amo, cómo no ser el objeto de esta voz". El Amo que hoy habla desde el Kremlin dice que "la operación especial actual se desarrolla según el plan establecido". Estas palabras son performativas en el sentido de que crean un ámbito en el que el plan siempre se desarrolla. No sabemos cuál es el plan, o de qué se trata.

Está "establecido" excepto en estas palabras. Se va descifrando en la medida en que se aplica y hace existir una realidad cada vez más amenazante porque no tiene otro límite que esta palabra en el abismo.

Esta palabra, dirigida a aquellos a quienes se aplica el plan y a quienes aplican el plan, solo dice una cosa: delendaest! Ucrania debe ser destruida y la palabra convertida en promesa debe ser destruida.

Un plan, en lenguaje soviético y postsoviético, nunca tuvo la intención derealizarse, pero para proyectar la realidad, y a quienes allí habitan, en lo real sin ley y así aterrorizarlos.

Un plan, en este discurso, nunca ha tenido ningún poder de "producción" o "construcción", básicamente tiene un poder de destrucción de los cuerpos de los hombres y de las mujeres que en él intervienen, y de manera indisoluble, del propio cuerpo del discurso (lo que le da su valor).

La crueldad sangrienta de la guerra se condensa notablemente en la fórmula que Jean–Luc Godard hace decir a uno de sus personajes (en Mozart para siempre[2]): "La guerra es un trozo de hierro que penetra en un trozo de carne"; es el goce de la destrucción que viene a injuriar al disfrute del cuerpo.

Pero se acompaña aquí de otra crueldad, la que pretende expulsar toda palabra de su lugar en la dimensión de la verdad, y que tiene como arma otra palabra que viene a injuriar al habla.

No se trata de fakenews, mentiras más o menos estratégicas, no, se trata de un anti–discurso, así como hay una anti–materia, que hace aparecer el agujero negro en el corazón del discurso, de donde surge su poder para destruir los cuerpos. Se encarna en los discursos del Amo que habla desde el Kremlin y sus secuaces, donde el agresor se convierte en agredido, donde los abusos cometidos son denunciados por quien los comete, atribuyéndoselos a quien los sufre. Proyectando así los horrores de la guerra en las múltiples facetas de este espejo distorsionador, el Amo silencia toda palabra. El sólo acapara el poder de la palabra, cualquier otro discurso en su país le estaba insultando y merecerá una sanción.

Es "el monólogo de la no palabra", aquel que se sustenta en el "no diálogo" de lo real. J.–A. Miller en el texto que lleva este título demuestra que el psicoanalista no se acerca sin miedo, por su poder de destrucción de todas las apariencias.

Sin embargo, tenemos que aprender de ello porque este poder de destrucción está hoy dejando su huella en lo que pensábamos que era "nuestro mundo común compartido" bajo la forma de la crueldad de esta hidra de dos cabezas: la guerra de aniquilamiento dirigida por el amo del Kremlin contra Ucrania y los ucranianos, y la guerra librada por los mismos en su país contrala palabra y su valor de emancipación para los sujetos y para los pueblos.

El psicoanálisis, orientado por el deseo de Freud y el de Lacan, y los psicoanalistas de Escuelas de la AMP y del Campo Freudiano, continúan acercándose a sus colegas ucranianos y rusos, disponibles para ayuda concreta, para trabajo conjunto, y dar toda la resonancia posible a su acción en el lugar o en el exilio.

Ucrania importa, porque si no hubiera Ucrania, no habría ucranianos ni rusos.

 
Traducción a cargo de Julia Calvetti.
 
Notas
  1. Miembro de ECF y de NLS. Delegado del consejo de la AMP para Europa del Este.
  2. Película francesa. Año 1996. Dirección: Jean-Luc Godard. Género: Drama Bélico/ Guerra de Bosnia.
 
 
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2008 - | Departamento de psicoanálisis y filosofía | CICBA