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Consecuencias
 
Edición N° 26
 
Junio 2022 | #26 | Índice
 
Niños y adolescentes en el mercado de las identidades de género
Por Blanca Musachi [1]
 
Blanca Musachi

A-género.

Como punto de partida es importante decir que en psicoanálisis los hombres y las mujeres son y solamente son seres de discurso. Quiere decir que en un análisis de orientación lacaniana, hombre y mujer son semblantes y no tienen otro ser que el del lenguaje. Por lo tanto no hay definición de ser hombre o mujer fuera del lenguaje, fuera del discurso. Lo que existe es una posible definición de hombre y de mujer a nivel de lo simbólico. Inclusive a nivel de la imagen las definiciones implican convenciones sociales que no son sino significantes. Por lo tanto no son tampoco los caracteres secundarios del cuerpo del sujeto ni los del objeto de elección sexual los que definen su posición de goce, su posición sexual.

Siguiendo a Brousse en el libro Lo femenino, abordamos lo que otros discursos llaman de género, pero desde el discurso analítico, que es a-género, entendido con el equívoco que implica el sin género, pero no sin el objeto, no sin lo sexual, no sin el cuerpo y su goce.

En el excelente libro de Bassols, La diferencia sexual no existe en el inconsciente encontramos que para el psicoanálisis el sexo es la diferencia absoluta, no relativa entre géneros. La diferencia absoluta responde a una lógica que no es binaria, sino una lógica que es la del objeto a. La lógica binaria implica una reciprocidad entre pares, entre géneros, relativa a diferencias significantes S1-S2. El objeto a no se define por ningún género, ni tampoco por ningún sexo en juego en las diferencias relativas. Es un objeto a-sexuado que hace a la lógica del goce, del cuerpo del goce y del goce sexual, fundado en el Uno del goce, sin Otro. Donde comienza el campo del goce, donde se decide la posición y experiencia de cada ser sexuado, acaba el binarismo, pues es un campo de una lógica que está más allá de la lógica fálica.Una lógica de la singularidad que tiene en cuenta aquello que objeta la idea de norma fundada en la lógica binaria, tiene en cuenta el objeto a-sexual que está como causa de la elección y de la posición de goce del sujeto, la sexuación más allá del género supuesto del sujeto. Ese objeto a, es un objeto fuera de la norma, queer inclusive, y transidentitario, que habita en el parlêtre como alteridad irreductible, como diferencia absoluta, sin simetría ni reciprocidad posible.

No hay relación sexual. Hay un decir.

Hoy tenemos en varios países del mundo una ley sobre la identidad de género que permite el cambio de identidad y facilita la vía para las transformaciones en lo real del cuerpo. Así, con frecuencia, se aplica desde mediados del siglo pasado hasta los días de hoy, un dispositivo de saber sobre lo que son el hombre y la mujer en el abordaje de niños y adolescentes que consultan centros que tratan la llamada disforia de género, que dentro de un ideal normalizador, reafirman la medida fálica al negarla.

Acompañamos el debate del Año trans[2], impulsado por J.-A. Miller, que ha permitido la participación de colegas experimentados debatiendo sobre la disforia de género aplicada em Europa en niños y adolescentes. Los debates no fueron apenas sobre los documentales que circularon, como The trans train, Petite fille y otros, sino también desde la experiencia clínica.

No se trata de importar la cuestión trans tal y como está sucediendo en Europa, sino de una lectura que nos permite también situar nuestras particularidades locales, donde estamos trabajando el tema de forma sistemática y organizada, ya hace algunos años en el contexto del Observatorio de Género, Biopolítica y Transexualidad de la FAPOL[3].

En reciente actividad de la EBP sobre Hablar de lo que no existe, Elisa Alvarenga situó de manera rigurosa la cuestión de por qué hablamos, en donde destaco que Hay un decir porque no hay relación sexual. Vamos a ver qué lugar para el decir de esos sujetos sometidos al discurso cientificista, y me atrevo a decir anticientífico, donde hasta los cuerpos de niños y adolescentes que presentan malestares con el sexo y el género, se tornaron un objeto del mercado.

Autoritarismo científico.

La entrevista de Bassols al científico Javier Peteiro puede elucidarnos sobre el contexto en que tenemos que leer los tratamientos que son ofrecidos hoy para niños y adolescentes diagnosticadas con disforia de género.

El autoritarismo científico, título del libro de Javier Peteiro, aclara para nosotros cuestiones fundamentales: 1- que el discurso autoritario se reviste hoy de una apariencia de cientificidad, y tenemos así el cientificismo, que hace un uso de la ciencia como creencia. Que parte de una mala creencia que cuenta con los efectos de sugestión autoritaria producidos a partir de una divulgación científica en la cual es imperativo creer. Confundir una hipótesis sin total comprobación, con una tesis, para Peteiro es anticientífico. Y si nos interesa es porque dice algo que está en absoluta relación con nuestro debate. Sostiene que el biologismo hace eso, confunde hipótesis con tesis, o sea, divulga y deja que se crea en una hipótesis como una verdad científica comprobada. Y la razón es que está en juego una alianza con el mercado.

Vivimos en la era del cientificismo, dice Javier Peteiro, que surgió en el pasaje de la era científica a la de la tecnociencia,marcada por una íntima relación con el mercado. "Surge así elcientificismo mercantil en que la ciencia se dedica a fabricar lo posible y a venderlo".

Sus hipótesis no comprobadas se divulgan para tornarse creencia, dice el científico, es porque ellas vienen al lugar de un vacío causado por el fin de las grandes narrativas y la declinación de las creencias religiosas. Citando a Chesterton dirá que el problema de no creer en Dios no es que no se crea en nada, y sí de que se pueda creer en cualquier cosa. Así el cientificismo opera un reduccionismo epistemológico y ontológico que excluye el sujeto en campos como la medicina y el mundo psi.

La enseñanza de Lacan nos dice que cada parlêtre es un poema que se escribe en el inconsciente. En el reduccionismo extremo, siguiendo a Javier Peteiro, un poema no sería mas que una serie de palabras, algo explicable como una secuencia de bits o una concatenación de átomos. Así todo puede medirse, mensurarse, objetivizarse desde un lenguaje instrumental, operacional, donde tenemos un uso del saber reducido exclusivamente a la información, lo que implica la promesa de un saber absoluto ofrecida por el Otro autoritario, que deja al sujeto en la impotencia. En esa operación no hay lugar para la contingencia y la "insondable decisión del ser", que implica el sujeto de una elección que es irreductible; todo eso se deja fuera, pero no sin el retorno en lo real, y también en lo real de la ciencia, como observa Bassols. O sea que ante el sueño cientificista todavía podemos contar com la insistencia del síntoma, puesto que definitivamente la ciencia no puede explicar un poema.

El empuje a la elección: entre la anticipación y la precipitación.

Como hemos podido acompañar en textos elaborados y en Lacan Web Television, colegas de la AMP se posicionan en el debate en torno a la cuestión trans, y en particular sobre lo que afecta a niños y adolescentes. Podemos ver cómo se cuestionan categorias del DSM, como la de Disforia de género, que pasan por encima de la causa sexual inconsciente del síntoma. Y se puede afirmar que a pesar del DSM, con o sin él, la sexualidad hace síntoma.

La cuestión es qué lugar para la palabra en la transición y detransición que se puede leer a partir de los documentales referidos y de la propia clínica psicoanalítica. Destaco los siguientes puntos:1-Los niños no son escuchados. 2- Se constata que hay un forzamiento de la identidad sexual cuando el niño todavía tiene un decir frágil sobre su ser. Forzamiento sostenido en el diagnóstico del DSM y que no tiene en cuenta el tiempo para comprender. 3- Hay una precariedad de la palabra, hay silencio, aislamiento del sujeto. Hay el Uno-solo podemos decir, rehén del autoritarismo científico. 4- La palabra es reducida a la comunicación de un mensaje, lo que implica el rechazo del inconsciente.

El tren loco de la disforia es lanzado a alta velocidad sobre vías de falsos fundamentos que sin embargo tienen efectos en lo real de los cuerpos que embarca.Se trata de obtener un rápido consenso para iniciar las intervenciones en los cuerpos. No hay tiempo para un diagnóstico y sus sutilezas, ya se parte de que es preciso responder a un problema que es la identidad de género. No hay tiempo para dudas. No hay tiempo ni espacio para tratar sobre el amor ni sobre la vida sexual de los "clientes". Se embarca en el presupuesto de una persona aprisionada en un cuerpo incompatible con su identidad de género. Y como todo lo que está vinculado al mercado, contiene la promesa de la felicidad supuesta al encontrarse iniciado el viaje rumbo a una transnormatividad que alcanzaría la concordancia del individuo con el cuerpo, de un individuo reducido a sus comportamientos, moviéndose apenas como una imagen entre otras imágenes.

Miquel Missé, sociólogo y activista trans, en el libro A la conquista del cuerpo equivocado, cuestiona el discurso del cuerpo equivocado, que da soporte y legitimidad a las demandas de mudanza corporal. También discute el presupuesto de una armonía con el cuerpo que se obtendría por la vía de las intervenciones en el cuerpo. En ese libro, que él dice ser "una carta de amor que escribí a mi cuerpo", critica una deriva individualista e inclusive neoliberal de la transición de género en la cual el cuerpo sería un objeto de consumo, y destaca lo que él llama una patologización que vuelve reciclada, anclada en una concepción esencialista y biologicista de las neurociencias. Nos interesa en esta oportunidad, destacar algunas cuestiones del capítulo V, "Caballos de troya", donde el autor aborda de una forma crítica los tratamientos de niños y adolescentes diagnosticados con disforia de género.

Desde su lectura sociológica muestra con ejemplos, cómo niños pequeños son sometidos a un forzamiento de una certeza sobre el cambio de género; cómo desde la teoría de la anticipación a problemas aún inexistentes se lleva a algunas madres a la cuestión del congelamiento de óvulos de niñas de 5 años que cuestionan el género. Y cómo algunas familias son colocadas bajo la espada de Damócles para decidir sobre la hormonación de los hijos adolescentes ante la amenaza inminente del suicidio. Hipótesis tornada tesis en relación a los jóvenes que no consiguen acceder al tratamiento de cambio del género. Lo que tenemos entonces es una presión para entrar en los tratamientos de cambio de género, entre una anticipación y una precipitación, donde no tiene lugar un tiempo para tratar las dudas, o las interpretaciones singulares sobre la propia experiencia como ser sexuado.

El propio Miquel Missé ofrece un testimonio de su transición iniciada en la adolescencia y el papel de la familia, que quince años después iría a reconocer de total importancia. Destaca la palabra del padre: "Yo sólo quiero ser tu contrapunto, para que sepas que siempre puedes cambiar de opinión, que siempre puedes volver atrás." Dirá que la palabra del padre abrió una ventana imaginaria para dejar entrar una luz, y que si consiguió pensar y dudar sobre su trayectoria trans, si consiguió pensar por un segundo en conquistar su propio cuerpo de nuevo fue en parte porque un día una persona le dijo que quería ser su contrapunto. Missé, él mismo no contrario a los tratamientos de hormonación, advierte sobre la necesidad de un tiempo para dar lugar a las dudas, para construir un relato singular sobre el imaginario en juego, fuera de la narrativa del cuerpo equivocado, para que se pueda conducir al sujeto a una conquista del propio cuerpo, en un movimiento de resistencia ante los que él llama "ladrones de cuerpos".

En nuestros trópicos la cuestión de los tratamientos con niños y adolescentes sometidos al diagnóstico de disforia de género no es muy diferente. La diferencia tal vez es que todavía falta un debate sobre esa oferta y sus consecuencias.

En los comienzos del trabajo del Observatorio de Género en Brasil, en 2017, ofrecí, junto con la profesora Leny Mrech, en la Facultad de Educación de São Paulo (FEUSP), un curso de extensión que llamé El síntoma trans en niños y adolescentes, que surgió como un interés después de una larga entrevista con el coordinador de un ambulatorio de transexualidad del Hospital de clínicas de São Paulo, que desde 2010 recibe niños y adolescentes "con cuestiones de género". Era parte de un trabajo de cartel inscripto en la EBP[4]. Surge en la entrevista que el punto de partida es una concepción biologista, que en nombre de la ciencia médica se sirve de la disforia de género y de la promesa de felicidad para tratar e indicar cuándo debe ser hecho el congelamiento de la pubertad, cuándo el inicio de la hormonación, lo cual prepararía al sujeto dicho transexual para el objetivo que es el cambio de sexo por la vía de la cirugía después de los 18 años. Se trata del Centro que recibió el primer niño trans del Brasil que realizó el cambio de nombre en la justicia, y fue motivo de mucha difusión en los medios. El propio coordinador hace la entrevista inicial con niños y adolescentes, con una duración de 15 minutos, para determinar que se trata de un problema de género, si es niña o niño, y que debe procederse a un cambio de género, comenzando por las orientaciones de conductas de la familia, seguido del congelamiento de la pubertad, etc. Se trata de un servicio en una de las ciudades más importantes de Brasil y de América Latina, servicio donde el psicoanálisis no tiene lugar. Donde no hay lugar para considerar "la insondable decisión del ser", puesto que no se trata de ninguna elección en juego, se trata de un cuerpo biológico, donde el cerebro ya determina desde la gestación, si habrá en desarrollo un individuo hombre o mujer. Así como ese Centro existen otros semejantes en el Brasil.

Sin embargo existen lugares en que es posible un trabajo orientado por el psicoanálisis desde una posición éxtima, como por ejemplo el del Proyecto de Extensión Janela da escuta[5] (Ventana de la escucha), que se inscribe en la Facultad de Medicina de la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG) y en el CIEN, donde desde un lugar Alfa un equipo inter-disciplinario desde hace dieciséis años teje la red que abriga lo que escapa a las prácticas protocolares, y hace posible acoger y acompañar adolescentes trans, que consienten con la palabra para construir soluciones singulares, que pueden prescindir o no de una intervención de hormonas y hasta de una intervención quirúrgica, pero fuera de protocolos patrocinados desde la disforia de género.

 
Notas
  1. Psicoanalista en São Paulo, Miembro EBP-AMP-São Paulo, septiembre, 2021.
  2. Miller, J.-A., Dócil a lo trans, en https://psicoanalisislacaniano.com 2021/04/22
  3. Federación Americana de Psicoanálisis de la Orientación Lacaniana.
  4. Escuela Brasileña de Psicoanálisis.
  5. Ventana de la escucha.
 
Bibliografía
  • Miller, J.-A., Dócil a lo trans, en https://psicoanalisislacaniano.com 2021/04/22
  • Bassols, M., La diferencia de los sexos no existe en el inconsciente, Grama ediciones, 2021.
  • Bassols, M., "O autoritarismo científico," en A psicanálise, a ciência, o real; Contracapa, Rio de janeiro, 2015.
  • Peteiro, J., El autoritarismo científico, Edit. Miguel Gomez, España, 2010.
  • Brousse, M.H., Lo femenino, Edit. Tres Haches, Buenos Aires, 2020.
  • Missé, M., A la conquista del cuerpo equivocado, Edit. Egales S. L., España, 2018.
  • Musachi, B., Entrevista a Alexandre Sadeeh, coordinador del ambulatorio transdisciplinar de identidad de género y orientación sexual del IPQHCFMUSP que atiende y acompaña niños y adolescentes con cuestiones de género, 2016. Inédito.
 
 
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