Mi agradecimiento por tener la posibilidad de presentar este libro, que además de su cualidad literaria y de las características de la narración es al menos para mí un tratado de la intolerancia, o más bien las intolerancias.

Por otro lado quería destacar que no es una obra plácida, liviana, ni light ni cool.

Si bien hay momentos de humor, de ironía, lleva el rasgo del tratamiento de lo intolerable desde la incomodidad. Me recordó la distinción que hace Barthes de punctum y studium.

1. Los conceptos de punctum y studium fueron acuñados por Roland Barthes en su ensayo “La Cámara Lúcida”, publicado en 1980.

2. En el ensayo antes mencionado introduce el concepto de studium como la parte de la fotografía que el autor ha planificado, o buscado, y hasta diríamos que “conscientemente percibido”, y el punctum como esa cualidad que, incluso fuera del control consciente del autor, nos “pincha” y atrapa. El pellizco que sentimos cuando vemos una buena imagen, no siempre explicable, pero que siempre aporta una dimensión extra a la imagen.

3. El studium es racional, analizable, universal. Cualquier espectador puede percibirlo. Cualquier autor puede crearlo.

4. El punctum es personal, juega más en el terreno del inconsciente, no es intencional, depende del espectador.

(Lo intolerable puede ser una narración del horror, que corre el riesgo de fascinar sin Disrupción)

Creo que en el relato del estreno de esta Biotruth de Mario Levy, hay varias intolerancias.

La intolerancia por el prójimo que encarna de modo ejemplar Sergio Romanovsky con la señora Metereta, que nos acompaña casi hasta el final.

Por otro lado y más en el centro de la ficción: la intolerancia ante lo aberrante ya sea en la intimidad de lo familiar, como en la crueldad genocida, en la represión política o en el crimen racista. También la intolerancia de la cultura de la cancelación que encarna el sr. Levy, una intolerancia anti discriminatoria.

Ahora bien siempre hay algo incómodo en el semejante, un poco más o un poco menos, siempre hay algo que molesta aunque sea mínimo.

¿Qué estatuto tiene esa intolerancia de la cual nosotros mismos no estamos a salvo?

Recordaba la frase de Marx: “Nunca aceptaría formar parte de un club que me acepte como miembro”, respuesta de Groucho Marx a la invitación a asociarse a un club de Beverly Hills.

Hay dos frases de Lacan sobre la fraternidad que van muy bien con la historia que cuenta el libro de Jorge Kling.

1.- La fraternidad se basa en la segregación eso de estar separados-juntos-.

2.- El esfuerzo que ponemos en ser todos hermanos prueba que no lo somos.

Lo muestra la novela, la historia y la actualidad.

La guerra lo demuestra. Es el colmo de la intolerancia.

¿Cómo convivir con nuestra intolerancia y con lo intolerable?

Recordé también la tesis sobre el cuento de Ricardo Piglia (que tuvo que vérselas con lo intolerable de una manera admirable).

Plantea que en un cuento está la historia uno y la historia dos, la historia uno va por la superficie y la historia dos irrumpe al final, modificando la primera.

En este caso la historia uno es el homenaje a Mario Levy como director del Museo de Arte. ¿Ahora cuál es la historia dos según Piglia?

¿Las sesiones siesteras? Que nos recuerdan que la vida es sueño.

La perversidad aberrante de Isaac, que confirma lo siniestro en lo familiar sin velo.

O la declinación del relato lleva a lo más intolerable, lo más propiamente intolerable

De cada uno de nosotros.

El libro concluye con una cita del Génesis, que hace más tolerable la muerte a Luis Romano, el analista creyente, “Enoc anduvo con Dios, y desapareció, porque Dios se lo llevo”, página 172.

Considero lo más logrado está en la página 151, también en las palabras de Luis Romano, “un personaje le dice al otro, «Un día nos vamos a morir», el otro le contesta, es verdad, pero todos los demás días no”.

Cabe destacar que el libro contiene un bonus extra que es un link de música contra la intolerancia, que acompaña la narración, o sea que podes leer el libro acompañado por la playlist.

Por último no sabemos si los nietos habitarán una era más tolerante, lo que si sabrán cuando le pregunten al abuelo, ¿Qué hiciste en la pandemia?

18/4/2022