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Consecuencias
 
Edición N° 29
 
Septiembre 2024 | #29 | Índice
 
Los parentales hoy- "Elniñoylafamilia"...
¿Cómo introducir hoy el enigma de la singularidad, cómo introducir una separación?
Por Claudia Lijtinstens
 
Claudia Lijtinstens

¿Cómo leemos hoy el impase del niño en el entramado del propio inconsciente y de lo familiar bajo la perspectiva del niño de hoy, las fuertes dificultades que cada niño tiene para enlazarse a un decir propio y no quedar absorbido por las soledades contemporáneas? O los desmedidos conflictos de una familia para inscribir un límite que esclarezca lugares, funciones, espacios y tiempos, en las vías de introducir la matriz de la operación de separación, movimiento necesario que singulariza un decir y una satisfacción, allanando las vías de la identificación.

Vemos "niñosypadres" condensados en lo familiar, niños sin demasiadas posibilidades de sujetarse a algunos significantes que los nombren a partir de un deseo particularizado, sino que presentan tanto los adultos como los niños como cuerpos que yerran, trozos de cuerpos, sin responsabilidad. El niño generalizado nos lo sintetizaba Lacan en 1967[1].

Fenómenos masivos de disrupción ubican al niño mismo como lo insoportable familiar, un real imposible de nombrar, que retorna sin ley, desregulando el funcionamiento, y desgarrando los lazos.

Es importante a esta altura de época seguir introduciendo hipótesis para hoy pensar la infancia sin las pautas familiares habituales o la mediación estándar, sino más sumergida en un mecanismo de repetición o adicción, que no cesa de repetirse…, de un puro lleno o un excesivo vacío, dejando al niño en un abismo de soledad hacia el acting o pasaje al acto, sin palabras que bordeen su angustia.

Esa relación del sujeto a la pulsión, resulta cada vez más ignorada y borrada por la ciencia misma y por una educación atravesada por la neuro cognición y los programas integrales de coaching, que logran pronunciar el paradigma del circuito pulsional sin frenos.

De esto modo se hacen presentes los síntomas de excesos y virulentos comportamientos de los niños y adolescentes, que son reducidos a causales del tiempo del desarrollo y al fracaso de la educación, expulsando la ruptura que el tiempo lógico de la estructura del inconsciente, porta, por el encuentro siempre traumático entre el cuerpo y lalengua y que inscribe una repetición de goce imborrable.

Se desoyen de esta forma, las elaboraciones que la pulsión realiza entre el traumatismo y el núcleo sintomático de cada hablante ser, produciendo salidas por la agresividad o el rechazo del saber y del Otro.

Pero entonces, ¿Qué transmite la familia? Si pasamos de la primera y decisiva familiaridad con el lenguaje que es lo que introduce la originaria pérdida o castración por el lenguaje, la familia a partir del Seminario XVII, será entendida como aparato de transmisión de un real, de lo vital de un goce, la familia como la que ejerce un modelo de tratamiento del goce, aparato de goce. La familia residuo, la familia discurso, portadora de una clave de intercambio y de satisfacción.

¿No preguntamos qué forma toma esta transmisión cuando las funciones y los lugares se confunden? ¿Hay transmisión de padres a hijos de ideales aún? ¿de deseos particularizados, marcas de goce, o modalidades de satisfacción? o se trata de la pura absorción tecnológica sin filtros, el acceso a las mostraciones generalizadas de goces expuestos que borran el saber a producir, o el enigma de la sexualidad, originando una precocidad de un goce que desborda los cuerpos y elimina la disparidad de los lazos y los circuitos de la palabra que podrían hacer de dique a la hemorragia pulsional sin significación fálica ni puntuación.

¿Qué operatividad posible para el discurso analítico, agente de separación y localizador del objeto de satisfacción, cuando la melancolización toma los cuerpos, la soledad silencia las palabras, el acting y pasaje al acto enloquece en estampidas y mostraciones, la desconexión que desborda en disrupciones de goce, el Uno emerge sin el Otro…

La transferencia y la interpretación a esta altura se vuelven herramientas claves e inigualables, para articular el saber al goce, el trauma al saber, permitiéndole al sujeto y a la familia una chance, reinventar el circuito sinthomático y hacer una nueva apuesta por el lado de la vida.

 
Notas
  1. Lacan, J., "Alocución sobre las psicosis del niño" en Otros Escritos, Paidós, Bs. As., 2014, p.389.
 
Bibliografía
  • Lacan, J., "Alocución sobre las psicosis del niño" en Otros Escritos, Paidós, Bs. As., 2014.
  • Lacan, J., Seminario XVII, El reverso del Psicoanálisis, Paidós, Argentina, 1992.
 
 
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