Marcela Ferro:
Agradezco la invitación de Mario Goldenberg a la presentación, junto a Hernán Cenoz, del libro Lacan y el Juego en Psicoanálisis. El mismo es el resultado de mi investigación realizada en el marco de la Maestría en Psicoanálisis de la Facultad de Buenos Aires. Fue Marcelo Barros, director de la Tesis, quien desde el primer momento mostró su interés en el tema. Escribe el Prólogo del libro, donde dice: "quisieron las inercias de la divulgación que el nombre de Lacan no estuviese asociado al juego, seguramente porque ese significante no aparece en sus títulos. No hubo en su obra un texto como el de Winnicott que se llamara Realidad y Juego. Sin embargo, el juego ha estado presente en la enseñanza de Lacan más que en ningún otro psicoanalista[1]". El desarrollo de esta investigación es un intento de dar cuenta cómo opera el fenómeno de juego en su obra. Con la frase de "Hagan, como yo, no me imiten"[2] de 1974, Lacan pone énfasis en el hacer. Rechaza la imitación, la copia, como modelo de práctica analítica. Por lo tanto, se trata de hacer con Lacan, entrar en su juego, el juego del descubrimiento, el juego del deseo.
Tanto La Teoría de los juegos de Von Neumann y Morgenstern, como La apuesta de Pascal fueron un fundamento importante para pensar el fenómeno del juego en Lacan. La apuesta de Pascal le sirve a Lacan para demostrar que lo lúdico porta una verdad, pero esta es azarosa y aunque se pudieran conocer las reglas, no hay saber anticipado, ya que la solución siempre es contingente. La apuesta de Pascal se relaciona sin duda con el interés que se tenía en esos años por las reglas de las partidas. Dirá: "La apuesta adquiere peso respecto del juego"[3]. Pascal plantea que al apostar se está comprometido a tomar una decisión lo que implica que la pérdida se encuentra desde el comienzo de la partida en la puesta en juego. Así lo refiere Lacan en El Seminario 16 "si es posible comprometer en el juego algo que sea a pérdida, es porque la pérdida ya está allí"[4].
Fue importante, indagar sobre los juegos que mencionó Lacan a lo largo de su enseñanza para dilucidar conceptos teóricos, algunos de ellos son: el juego del bridge, el juego de los prisioneros, el juego del hurón o sortija, el juego del ajedrez, el juego de pares y nones, el juego piedra, papel o tijera, como también se indaga sobre los fenómenos del juego en el lenguaje. Sabemos que Lacan, al modo de Lewis Carroll, supo jugar con las palabras y en sus seminarios orales usaba neologismos, anacronismos y homofonías, mostrando de este modo, el mecanismo natural de las lenguas, evidenciando su vivacidad. A pesar de que estos fenómenos se consideraban marginales dentro de la literatura, él desestimaba estas consideraciones ya que se apoyaba en la creatividad léxica para transmitir conceptos teóricos provocando en el auditorio sorpresa y espontaneidad. Es en El Seminario 7, La Ética del psicoanálisis, donde destacó el sentido de happiness como acontecimiento. Y dirá que " happiness" es de todos modos happen, es también un encuentro, aunque no se experimente aquí la necesidad de agregarle la partícula precedente que marca el carácter hablando estrictamente "feliz de la cosa".[5]
Dentro de los fenómenos del lenguaje hemos encontrado la importancia que le otorga al juego del nonsense o ejercicios del contrasentido. Lacan le da un lugar privilegiado al juego del nonsense, es en El Seminario 6, El deseo y su interpretación, donde nos da una indicación para corrernos del sentido.
Por otro lado, Lacan ha sabido combinar datos de la cultura de la época que contribuyeron a fundamentar su teorización y el arte fue una fuente importante para él. Se encontrarán desarrollados en el libro algunos "Fenómenos del juego en el Arte" que Lacan menciona y hace referencia, como la película la Regla del Juego de J. Renoir y Hamlet de William Shakespeare, en particular se desarrolla el acto the play scene, entendido el teatro en el teatro, una escena esencial porque dirá que solo a través de poner en acto la escena, algo de la verdad puede decirse.
Se aborda en el libro, el espacio del análisis como espacio de juego, apoyándonos en las referencias al teatro y El Seminario 15, El Acto Psicoanalítico. Lacan dedicó este seminario al acto analítico, acto que en su especificidad no puede dejar de lado las sugerencias que llegan desde el campo del teatro. Tanto Freud como Lacan consideraron el teatro como espacio de juego por excelencia, podríamos citar una extensa lista de autores y obras teatrales que fueron fundamentales para el psicoanálisis, para dar cuenta de lo que sucede en el espacio analítico. Esta relación da importancia al espacio entre que ocupo un lugar central en la enseñanza de Lacan de principio a fin. Es importante remarcar que en la relación que sostiene invariablemente Lacan entre el sujeto y el Otro, lo fundamental es el entre. Y dirá en 1972 "Porque es ambiguo el entre, en mi seminario hablaremos de la mesología"[6]. Mesología como la ciencia de los medios, término acuñado en 1860, por el médico francés Louis Bertillon.
Se desarrolla en el mismo capítulo, cuál es la Regla de Juego del Psicoanálisis. Lacan en El Seminario 12 dirá que "el psicoanálisis es un juego porque se prosigue en el interior de una regla, en el cual se tratará de saber cómo el analista tiene que conducir ese juego[7]" Es la pérdida de entrada que define la regla de un análisis. El juego se vincula a la pérdida como experiencia estructurante. Sabemos que no hay juego sin pérdida y resto. De modo que lo propio del juego del análisis es siempre una regla, aun cuando este oculta. Se trata del acceso imposible al sexo. De este modo podríamos precisar que el analista tiene que saber que el juego se funda en cierto malentendido inicial, malentendido que el juego mismo del psicoanálisis entraña, por lo tanto, si la regla es la imposibilidad, hacer con ella, no es sin juego.
Como mencionamos anteriormente, los desarrollos teóricos de Lacan alrededor del juego nos proporcionaron datos importantes. Uno de ellos fue el concepto de vacío, que ocupa un tema central. El pequeño objeto a es lo que representa la pérdida, es aquello que soporta toda la actividad del juego. La idea de que el objeto viene a suplir algo que no hay, es una constante en Lacan. Esta aproximación nos permite evidenciar que el objeto del psicoanálisis funciona como suplemento lúdico y requiere una lógica paradojal que permite bordear el vacío.
"Hay algo que trato de reintroducir que permite al análisis culminar en otra cosa que en una identificación del sujeto indeterminado en el sujeto supuesto saber, es decir en el sujeto del engaño (…) y esto es que existe un tercer jugador (…) algo que no puede aprehenderse más que como caído de la realidad (…) ese algo es el suplemento lúdico."[8]
Es entonces que se desarrollan conceptos teóricos en Lacan que contribuyeron a pensar el juego en psicoanálisis, ellos han sido la serie constituida en un orden lógico: falta, pérdida, causa. Temas que abordan el juego y objeto a, las operaciones lógicas: alienación y separación, objeto a como causa, la relación entre juego y goce, juego y repetición y la paradoja del juego.
En el momento en que, para Lacan, el sujeto es pensado a partir del objeto a, nos indica que no todo es significante. Lo simbólico tiene un tope, no todo lo real es simbolizable. Un real emerge como causa y como imposible, un residuo insiste por lo que entonces Lacan es quien planteará el juego como una respuesta a esa insistencia. Será entonces el juego el que permita enlazar opuestos, nombrar el desencuentro. El juego en tanto paradoja, no intentará solucionar ni explicar nada, sino que posibilitará la tolerancia. Será un elemento indispensable de enlace, intermediario entre un movimiento pendular entre esferas opuestas.
Por último, no podemos dejar de mencionar que se encuentran desarrollados antecedentes teóricos psicoanalíticos, destacando a los psicoanalistas que fueron pioneros en pensar el juego en psicoanálisis, ellos son: S. Freud, M. Klein y D. Winnicott. Asimismo se abordan antecedentes filosóficos que contribuyeron a pensar el juego en psicoanálisis, con el aporte de Martin Heidegger, quien sabemos, se hizo presente de modo inminente en la obra de Lacan desde Escritos 1, él señala una paradoja interesante en relación a la poesía y la homologa al juego, quien en la conferencia de Roma del 2 abril de 1936 cita al poeta Hölderlin, quien dirá que "la poesía es de todas las tareas la más inocente y a la vez la más peligrosa de todos los bienes"[9], y plantea que la esencia del lenguaje es comprendida por la esencia de la poesía. Se intenta con este autor dilucidar la paradoja que encierra el fenómeno de juego, relacionándolo con la poesía. Ya que, para Heidegger, el juego posee un papel importante, hasta ser del mismo talante. Dirá que "el hacer poesía comienza por aparecer con la discreta figura del juego[10]". Este filósofo como también el aporte del pensamiento de Han–Georg Gadamer, Giorgio Agamben, el historiador Johan Huizinga y el sociólogo Roger Caillois, son autores con los que se ponen en diálogo para dilucidar que el juego es lo más natural en el hombre y que su esencia es invisible y permanece.
Estas líneas, son, a grandes rasgos, lo que se ha trabajado en esta investigación. No se propone dar una respuesta acabada, pero si se espera poder arrojar alguna pequeña luz sobre un tema tan complejo. El recorrido de este libro es una invitación a abrir el juego con Lacan. Un juego que pone en evidencia que, para que la transmisión del psicoanálisis pueda seguir viva, es fundamental continuar jugando, haciendo con los conceptos psicoanalíticos porque con ello, se hace la difícil experiencia de que, en lo real, no hay clases, solo restos y saber hacer con ellos, no es sin jugar.
Hernán Cenoz:
Un libro que en principio es el resultado de la Tesis que presentó la autora, Marcela Ferro, para su Maestría en Psicoanálisis de la UBA. Sorprende gratamente respecto a lo trabajado y expuesto precedentemente, porque cuando uno lo lee, se pregunta, si estaba ahí el tema... ¿cómo no lo vimos?
Una investigación que no es de la época, trasciende la época, por eso, es que nos lleva a un recorrido de diversos autores, no sólo del Psicoanálisis, sino desde escritores, hasta filósofos e historiadores, que resaltaron la experiencia del juego, aportando características del mismo que nos servirá para pensarlo.
Al leerlo, nos evoca esas mañanas que luego de días sofocantes, por fin, entra un aire refrescante por la ventana. Intenta dialogar con otros espacios de la cultura. Tal vez, será eso lo que nos quiere transmitir el prólogo, diciendo que va más allá del Ghetto lacaniano, marginado voluntaria o involuntariamente, a fin de hacer un intento de rescatarnos de cierta sofocación que ocurre en una disciplina que tiene sus fundamentos, y que, al tenerlos, corre el peligro de estancarse.
Lacan, en El Seminario 10, La Angustia, se refiere al Slang, siendo este término definido como el registro coloquial e informal usado en el idioma inglés, que hace referencia a diversos aspectos de la vida cotidiana.
"¿Alguien sabe aquí que, ya en el siglo XV, el slang hizo el hallazgo maravilloso de reemplazar a veces I understand you perfectly por understumble you perfectly?" Lo escribo porque quizás la fonetización no les haya permitido captar el matiz. Este understumble intraducible al francés incorpora al understand que significa comprendo, el stumble, que quiere decir precisamente tropiezo. Comprender es siempre adentrarse dando tumbos en el malentendido".[11]
Aquí Lacan hace un hallazgo, da a la deriva del uso del lenguaje en una época, una torsión, que permite leer, anticipar, su pensamiento, dado que el nuevo uso del siglo XV hizo que se emparentara la comprensión con dar tumbos, incluso, en relación a otras acepciones de la palabra, stumble es caída.
Nuestra disciplina tiene un grado de formalización importante, por ello, y retomando el espíritu de Lacan, debe poder conversar con otros, como la ciencia, filosofía, literatura, sociología, si no, tiene el riesgo por un lado de "enghetizarse" voluntariamente (es decir, ustedes, los que están fuera, no entienden esta jerga); y, por otro, el de comprender demasiado rápido, y lo peor, sin tropiezos, o al menos evitarlos.
Podríamos decir que este libro, hace un buen atravesamiento de esta problemática, a punto de pensarlo como algo nuevo en Psicoanálisis. Entendiendo que es un detalle entre otros, que se puede tomar al leerlo, para dar entidad a lo que llamaremos "lo nuevo" a partir de su lectura.
En la Introducción, donde se detalla el recorrido del libro, nos encontramos con la posición teórica de Horacio Wainhaus sobre la noción de la heurística que es la disciplina o arte del descubrimiento, mostrándonos la diferencia del juego como práctica de poiesis – creación, producción– diferente de praxis, actividad ésta última en la que el fin de la acción es la acción en sí misma. Wainhaus, postula: "un hecho es reconocido como nuevo, por su capacidad para modificar y reorganizar lo existente".[12] Definición con la que podemos hasta pensar si en "nuestro juego", en relación a la práctica clínica, la interpretación debería tener también esa característica. Aunque haya un capítulo específicamente dedicado a la clínica del Psicoanálisis que aparece en forma de corolario, encontramos en otros, diferentes conceptos que nos ayudan a reflexionar sobre nuestra práctica.
Es en el capítulo II, en el que Marcela Ferro nos brinda los conceptos del Psicoanálisis que considera fundamentales para trabajar el fenómeno del juego, toma una frase del Seminario 11: "La repetición exige lo nuevo, se vuelve hacia lo lúdico, que hace de lo nuevo su dimensión".[13] Es allí donde se encuentra la pregunta: ¿por qué lo nuevo? No sería la novedad como fenómeno de nuestra época, la de la tecno ciencia, según M. Heidegger, sino que se podría tomar como norte en nuestra experiencia, en tanto el juego nos permite abordar esa dimensión de lo nuevo, fenómeno que identifica Lacan con el juego.
Por otra parte, es como si fuera un libro que nos muestra, cuál es la forma de hallar al sujeto del Psicoanálisis, ese sujeto que postuló Lacan, inédito para la condición humana, difícil de entender, el sujeto dividido y su correlato, el objeto a. Para ello parte de la constitución subjetiva, alienación – separación, cuya minuciosa explicitación es aleccionadora, y éste es otro mérito de este libro, esas frases muy complejas de Lacan, se las trata de explicar, y si por las dudas, no es suficiente la manera en que lo ha hecho, reanuda y las toma desde otro ángulo, que permite otras lecturas.
Entonces veremos en otro momento, cómo es posible presentar, mostrar, ese sujeto lacaniano mediante artificios como la escena en el teatro, y en el espacio del análisis tanto en lo que llamamos formaciones del Inconsciente.
En la escena, veremos a la autora hacer circular sus aficiones, entiendo que las aficiones de cada uno es lo que puede ayudar a innovar en Psicoanálisis, y aquí veremos otra lectura de lo que llamó Marcelo Barros, la potencia separadora del deseo, de cómo opera en ella esta potencia para producir un trabajo diferente, no sólo sobre nuestra práctica sino en el cine y en el teatro.
Por último, en lo que respecta a la clínica Psicoanalítica es abordada por fuera de la Psicopatología, y ésta es otra particularidad del libro. Pero si se encontrará desarrollado la construcción teórica del espacio "entre", ese espacio que trasciende a la diferenciación interior / exterior y que alude, además, cómo la conformación del sujeto; en tanto no es el sujeto aislado que interacciona con el medio, como en la biología. Es preciso, que sea entonces necesario construir ese espacio "entre", y explica así nada menos, el por qué el dispositivo creado por Freud, es la única estrategia posible para que surja algo nuevo en la vida del analizante.
Por lo tanto, colocar el juego en el centro de nuestra experiencia es pensar al mismo como una apuesta, por lo que sería ineludible que el analista pueda prestarse al juego para dar lugar al decir. |
Notas |
- Ferro, M., Lacan y el Juego en Psicoanálisis. Edit. Letra Viva, Bs As., 2023. p.10
- Lacan, J., "La tercera" en Intervenciones y textos 2, Edit. Manantial, Bs.As., 2010, p.81
- Lacan, J., El Seminario 16. De otro al Otro. Paidós, Bs As., 2001, p.106
- Ibíd. p.137
- Lacan, J., El Seminario 7: La Ética del psicoanálisis, Paidós, Bs As., 2007, p.23
- Lacan, J., El saber del psicoanalista, Inédito, Clase 3 del 06/01/72
- Lacan J., Seminario 12: Problemas cruciales del psicoanálisis,1965, Inédito, Clase 16/05
- Ibíd. Clase 16: 19/05/65
- Heidegger, M., Hölderlin y la esencia de la poesía. Edición, traducción, comentarios y prólogo de Juan David García Bacca. Ed. Fondo de Cultura Económica, México,1978. p 22
- Ibíd. p.21
- Lacan, J., El Seminario. Libro 10. La angustia, Ed. Paidós, Buenos Aires, 2007, p. 90.
- Ferro, M., Lacan y el juego en Psicoanálisis, Ed. Letra Viva, Argentina. 2023, p. 19.
- Lacan, J., El Seminario. Libro 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Ed. Paidós, Buenos Aires, 1973, Pág. 69.
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Bibliografía |
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- Heidegger, M., Arte y Poesía., Ed. Fondo de Cultura Económica, México, 1978.
- Lacan, J., "La dirección de la cura y los principios de su poder" en Escritos 2, Ed. Siglo XXI, Buenos Aires, 2002.
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- Lacan, J., El Seminario 4. La relación de objeto, Paidós, Buenos Aires, 2005.
- Lacan, J., El Seminario 6. El deseo y su interpretación, Paidós, Buenos Aires, 2015.
- Lacan J., El Seminario 7. La ética del psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 2007.
- Lacan J., El Seminario 11. Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis, Paidós, Buenos Aires, 2007.
- Lacan, J., El Seminario 12. Problemas cruciales para el psicoanálisis. Inédito
- Lacan, J., El Seminario 13. El objeto del Psicoanálisis. Inédito.
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- Heidegger, M., Caminos de bosque, Edit. Alianza, España, 2003.
- Heidegger, M., La pregunta por la técnica, Edit. Del Serbal, Barcelona, 1994.
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- Wainhaus, H., Ars Heuristica, Edit. Proyecto Vox, Argentina, 2009.
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